Las prácticas basadas en evidencias son muy útiles pero poco usadas en el campo de la educación. Con ellas se puede demostrar los logros y aprendizaje de los alumnos de distintos espacios, especialmente cuando no existen o no se puede recurrir a evaluaciones formales. Es por ello que al recoger y analizar las evidencias que surgen en una biblioteca se determina parámetros y estimaciones de alcance y logros, pues todas las palabras, gestos o cualquier otra respuesta de los alumnos, sean ellos lectores o escuchas, demuestran que están o no extendiendo los textos trabajados y que se puede estar logrando avances en aprendizajes literarios. Algunas de las opiniones para recoger evidencias son: bitácoras y transcripción de registros de discusión literaria.