Un proyecto está a punto de acabar, y alguien, como de costumbre, exclama: ¿¡Espera, nos hemos olvidado algo!¿. Uno de los riesgos más generalizados que existen en toda comunicación es el ¿ruido¿. Un producto o servicio puede tener atributos y funciones excelentes, pero, ¿de verdad le importa esto al usuario final? ¿Qué es, en realidad, lo más significativo y relevante? Y más importante aún, ¿cuál es el beneficio que le reportará a nuestro cliente? Es fundamental que el mensaje que generemos utilice un lenguaje que resulte familiar al destinatario y que lo presentemos de manera atractiva. Centremos nuestro objetivo y comuniquémoslo con brevedad y sencillez