Se muestran aquí las relaciones entre sentidos, músculos-cerebro y carne como ejes de las políticas de los cuerposemociones; se esquematiza la centralidad del disfrute-goce y la crueldad como claves de lectura de las sensibilidades capitalistas; y se argumenta la existencia de una sociología de los cuerpos-emociones en El capital. Este rastreo se
efectúa a parir de la comprensión del capitalismo como religión y de los puntos nodales de la economía política de la moral. Se concluye que sin el lugar central de los cuerpos-emociones no es posible entender el capitalismo como régimen de relaciones sociales.