Una renta básica transformadora conlleva el desarrollo de acciones en área como la sanidad, los servicios sociales, la participación política y, evidentemente, la educación. En claro antagonismo con el actual discurso neoliberal, el autor defiende que la red de escuelas públicas debe ser objetivo prioritario frente a la concertada. La educación es un derecho y no un bien de consumo individual sujeto a la lógico del mercado.