En varios espacios del instituto se superan los niveles de sonido que se consideran aceptables. Es lo que contrasta un grupo de alumnos y alumnas que miden la intensidad del ruido, organiza y analiza los datos obtenidos, los representa en tablas y gráficos y los da a conocer a la comunidad educativa, acompañada de recomendaciones y un plan de acción para mejorar el ambiente sonoro del centro.