Un verdadero lector sabe que el único beneficiado con la lectura él mismo y por eso jamás tratará de convencer a los otros a través de frases huecas y lugares comunes como: "leer es maravilloso", "¡viva la lectura!", "un libro es tu mejor amigo" o cualquier otro eslogan cursi que de tanto escucharlo, hasta el que jamás en si vida ha tomado un libro, es capaz de recitar e incluso, aparentar fervor al pronunciarlo. Un verdadero lector expresará con su gesto, su voz, su ánimo, su pasión y su entusiasmo, que "leer es maravilloso", lo expresará porque en verdad lo cree.