En un aforismo de Humano, demasiado humano, titulado ¿La época de las construcciones ciclópeas¿, Nietzsche afirma lo siguiente: La democratización de Europa es imparable: quien se le opone emplea sin embargo para ello precisamente los medios que sólo el pensamiento democrático ha puesto al alcance de todos, y hace estos medios más manejables y eficaces; y los por principio opuestos a la democracia (me refiero a los revolucionarios) no pueden existir más que para, por el temor que infunden, empujar a los distintos partidos cada vez más velozmente por la vía democrática (HdH2, ¿El caminante y la sombra¿, 275, 200).