Sigue andando por los callejones urbanos y por los subterráneos universitarios un diálogo volcánico referido al carácter de la sociedad contemporánea, especialmente en Nuestra América, y sobre papel de la universidad en ella. Las dagas discursivas hacen figuras en el aire y al chocar las chispas encienden llanuras y salones de clases. Los intercambios sobre el estado actual de la realidad social se juntan con los cuestionamientos sobre lo metódico, el intranquilo conocimiento y las perseguidas certezas. Se consolidan las miradas posmodernistas sobre la educación universitaria.