La experiencia que viven los niños desde el juego aporta a relacionarnos y a comprender cuales son las ampliaciones de las acciones que cotidianamente realizamos en relación con nosotros mismos, con los otros y con el medio ambiente. La ecología hace parte de nuestra vida y es necesaria y vital para nuestro desarrollo; las prácticas amigables con el medio ambiente implican más que una toma de conciencia un cambio de actitud en las formas de ser, hacer y estar en el mundo, es decir, una nueva manera de relacionarnos acorde con las necesidades de nuestro tiempo.