El anteproyecto de la conocida como "ley Wert" introduce dinámicas de competición y cuantificación cuyo acento neoliberal propicia un clima de rivalidad entre alumnos, familias y centros de la misma zona de escolarización. El profesorado, tanto del sector público como del privado, empieza a sentir una importante presión debido a medidas como la que vincula su remuneración al desempeño del alumnado.