Un enorme muro de papel continuo preside la entrada del colegio. Está dividido en cuadriculas, en forma de ladrillos, que alumnado, profesorado, demás personal del centro y familias van rellenando con cartulina de colores, con su nombre y fotografía, como reflejo de la diversidad existente en la escuela. Es una de tantas actividades que realizan para verse y reconocer como diferentes, a la vez que identifican todo aquello que los une.