permiten develar cómo detrás de estas nuevas posibilidades para una mujer que adquiere roles sociales que anteriormente le estaban negados, se esconden formas contemporáneas del patriarcado en las cuales la mujer es sostenida en un lugar de objeto, adjetivada para responder desde estándares de belleza, laborales, maternales, entre otros, a una dinámica que más que liberadora implica formas de sometimiento desde lo social.