Los cambios experimentados en las economías de las CCAA forzaron a los gobiernos autonómicos a diseñar políticas tecnológicas destinadas a introducir nuevos sectores industriales y a elevar la compatibilidad, la calidad y la productividad de la industria. En el país Vasco, este esfuerzo se ha caracterizado por la evolución desde una industria centrada en sectores como el siderúrgico, y que ha llevado a la creación de una de las redes de innovación más vertebrada de España.