De capital 100% español, Distronica inició su andadura en 1988 como empresa distribuidora de componentes electrónicos, actividad que posteriormente ampliaría con la incorporación de una segunda línea de negocio, centrada en el ensamblaje de conectores con sus cables correspondientes, es decir, de latiguillos. Con sede en Madrid y una plantilla de 11 empleados, Distronica espera alcanzar este año una facturación en torno a los 350 millones de pesetas, frente a los 250 millones que obtuvo en 1999, según subrayó su gerente, Miguel López.