El modelo terapéutico que sirve de base a la modificación del comportamiento encuentra su legitimación en una teoría que permite deduciones lógicas sometibles a un análisis crítico (Eysenck y Rachmann, 1968). Esta caracterización supone una relación recíproca entre los postulados teóricos y las condiciones de su realización, de tal manera que ambos componentes se suministran mutuamente testimonios de aceptabiidad: mientras la teoría encuentra pruebas de su validez en los resultados de la práctica, busca ésta su fundamentación en las leyes e hipóstesis propuestas por aquélla.