El pasado año fue excepcionalmente bueno para las empresas distribuidoras de componentes electrónicos, debido fundamentalmente al auge de las telecomunicaciones y al importante acopio de stocks que llevó a cabo muchas de estas compañías en previsión de que pudiera haber una escasez de productos por exceso de demanda. Pero también al hecho de que el dólar experimentara importantes fluctuaciones al alza. Esta situación, más o menos coyuntural, ya no tiene lugar en la actualidad, lo que está llevando a este mercado, que equivale al 30% del volumen de negocio total que mueven los componentes, a seguir una evolución mucho más moderada. En este sentido, las previsiones para el año en curso apuntan a que crecerá bastante menos que en el transcurso del pasado ejercicio, e incluso algunas compañías se conforman con repetir la facturación registrada en 2000.
