San Pablo conocedor profundo de las Escrituras Sagradas de Israel, formula así su vocación: Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien relevar en mi a su hijo, para que lo anunciara entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo a hombre alguno, ni subir a Jerusalén donde los apósteles anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde volví a Damasco.