Los resultados mayoritariamente adversos que en los últimos ejercicios han registrado las compañías dedicadas a la distribución de componentes electrónicos han propiciado una reorientación de sus actividades que se ha traducido en una creciente implicación en los procesos de diseño, soporte técnico y actividades logísticas de sus clientes. Ello confiere a aquellos distribuidores que han evolucionado en este sentido, una mayor profesionalización y capacidad para afrontar este incierto futuro inmediato con garantías de continuidad.