Sudáfrica, en el marco de las políticas neoliberales impulsadas por el gobierno, ha sido escenario de intensas políticas de pirvatización de los sservicios públicos y el agua, en especial a través de la instalación de mecanismos de prepago por los servicios, en beneficio de multinacionales como Suez. El resultado ha sido un aumento del precio del agua y la falta de un acceso digno a la misma por parte de los sectores más pobres del país. Los procesos de mercantilización han desencadenado fuertes resistenicas sociales protagonizadas por dichos sectores en áreas como Orange Farm y Phiri, en Johannesburg, en defensa del derecho al agua.