El artículo parte de la inadecuación existente entre la formación universitaria ¿tanto la de las Escuelas universitarias del profesorado de E.G.B. como la de las Facultades de Filología? y la actividad docente a la que se incorporarán nuestros alumnos. La formación del profesorado de idiomas debe descansar sobre tres ejes:
- la competencia lingüística del alumno, en una doble exigencia de capacidad comunicativa y de corrección, así como una base sólida de sistematización lingüística;
- la competencia cultural acerca de los países en los que se habla el francés;
- la ¿aplicabilidad¿ de tales competencias: el saber hacer pedagógico o puesta en ejercicio de la labor docente.
En los tres casos, ello supone introducir modificaciones importantes en la formación inicial actual.