El negocio de la subcontratación viene experimentando un notable crecimiento en los últimos años ya que la industria ha adoptado esta fórmula de manera generalizada para todos los sectores. Ligada a la deslocalización, es decir, al traslado de activos industriales a zonas geográficas de bajo coste, la subcontratación sobrevive en España con una oferta centrada en pequeños suministradores situados en su mayor parte en Aragón, Cataluña y la Comunidad Valenciana. En líneas generales estas empresas están recuperando facturación y tienen a sus clientes en el ámbito de las telecomunicaciones, la industria y la electrónica de consumo.