El artículo formula uno de los desafíos más importantes que tiene planteada la teoría de la ecuación y, en concreto, la antropología de la educación: devolver la ilusión de educar. Esto, debido a que el mayor obstáculo que experimenta hoy la educación es la vigencia de un escepticismo nihilista, que dificulta enormemente la posibilidad de un lenguaje significativo, que es la herramienta esencial de la educación. El actual contexto cultural hace que los educadores hayan de sostener una batalla, a veces titánica, contra el ambiente en el que se mueven.Agentes educativos ¿no formales¿, como el Estado, el mercado y los medios de comunicación, despachan una contracultura nihilista, en una competencia desleal frente a la escuela.