En la dirección Universitaria deben aplicarse las técnicas y herramientas ya probadas en el sector empresarial, acoplándolas a su propia realidad, sin temor alguno a llamarlas por su nombre, con pleno respeto a las instituciones propias del mundo universitario. De las empresas sociales se espera ante todo un balance social, pero igualmente se debe velar por su autosostenibilidad y pleno desarrollo, buscando siempre un mayor y más importante y decisivo impacto social.