Propuesta educativas radicales, como Summerhill, suelen suscitar numerosas dudas sobre el futuro de sus estudiantes: ¿qué harán después?, ¿podrán adaptarse a la sociedad?, ¿aceptaran que se les juzgue, se les exija, se les obligue?, ¿serán capaces de ir a la universidad, de desempeñar un empleo?, ¿se convertirán en ciudadanos responsables? Tres antiguos alumnos de la ya casi centenaria escuela responden con su vida a algunos de estos interrogantes.