La llegada, en importante número, de inmigrantes extranjeros de diversas nacionalidades en el contexto español, ha significado un cambio radical en el paisaje humano de muchas de nuestras ciudades y municipios. Educar conjuntamente a personas de diferentes culturas implica trabajar para conseguir un espacio cultural común, que no suponga pérdidas de identidad, sino enriquecimiento de esta y apertura mental y vital a lo diferente. En el presente artículo exponemos las distintas medidas, así como las actuaciones que se están desarrollando, para afrontar el reto educativo que supone la presencia de alumnos inmigrantes en las aulas españolas, en general, y en Andalucía, en particular.