La industria del automóvil afronta unas previsiones a corto plazo marcadas por la incertidumbre a causa de las presiones sobre la estructura de costes y la necesidad de conseguir ciclos de vida de producto más cortos para satisfacer las preferencias de los consumidores, cada vez más cambiantes. Los elevados costes de producción están en la mayoría de casos originados por los crecientes precios de los componentes de uso masivo y por la cada vez mayor inversión en tecnología. Las exigencias medioambientales, la seguridad activa y pasiva, el entretenimiento y la supervisión de las funciones del motor sientan las bases en las que la electrónica y la fotónica están llamadas a jugar un papel cada vez más importante.
