La banda ISM de 2,4 GHz goza de gran popularidad entre los fabricantes de dispositivos de RF. No obstante, aunque estos dispositivos funcionen correctamente y operen dentro de los límites impuestos por las normas, existe una elevada probabilidad de que se produzcan interferencias que no sólo provocan errores de transmisión, sino que provocan un aumento del consumo y que disminuya el rendimiento de la red. La clave de una coexistencia sin problemas reside en reforzar la inmunidad contra interferencias, lo que puede conseguirse mediante una buena tolerancia ante emisiones interferentes (selectividad) y una asignación dinámica de las frecuencias de transmisión (esquema de agilidad de frecuencias) optimizada para cada aplicación.