Gracias a la última generación de electrónica para medir carga de baterías, es posible utilizar de modo seguro baterías de iones de litio (Li-Ion) para determinar con gran precisión la energía disponible. Esta tecnología, a diferencia de las baterías de plomo y ácido del pasado, permite el diseño de equipos médicos mucho más pequeños y ligeros.