El año pasado transcurrió bajo la crisis y también este año se sufrirán sus efectos. Aunque fue una caída global, en Europa las empresas tienen que enfrentarse a impactos diferentes de los que afectan en América o Asia. También la distribución ha de hacer frente a esta realidad. Los proveedores deberán preguntarse cómo pueden apoyar a sus clientes europeos para asegurarles éxito en el mercado global, tanto hoy como mañana.