Microprocesadores de 32 bits funcionando a 80 MHz, sistemas de comunicación por fibra óptica a 2,4 Gbit/s, procesadores aritméticos de 3,5 Mflops... es el mundo de las altas velocidades digitales. Pero, curiosamente, cuanto más rápido es un sistema digital más necesario resulta controlar la calidad analógica de las señales digitales de altas prestaciones se representa como el equipo de captura, presentación y medida por excelencia.