En este ensayo quiero dar a conocer algunas aspectos de nuestro esfuerzo que no son especialmente obvios en el resultado y sugerir maneras en que la tradición fenomenológica puede ser llevada adelante por aquellos que, como yo, están interesados en promover su continuación. Mis propósitos no son teóricos (dudo poder reunir la objetividad para ello); son más bien, en su lugar, propósitos prácticos.