El espíritu, ¡él es hoy, de nuevo un arma política!. Hablar sobre juventud, es necesariamente tomar parte del sentir juvenil, lograr presenciar el espectáculo del reflejo y la proyección del espíritu de los jóvenes en la sociedad, por medio del quehacer cotidiano; es introducirse en una realidad autónoma propia de quienes poseen dicho espíritu y comenzar a desplazarse por las rutas de un camino, que sin ser ajeno al resto del mundo, es en sí contrario.