A lo largo de la historia del pensamiento han aparecido dos modos contrapuestos de conocer las cosas: Para unos lo valioso y señalado es la razón, como facultad primordial de conocimiento y como lo más característico del ser humano. Otros pensadores, en cambio, han estimado superior la voluntad como aquella dimensión humana que representa un mundo más profundo e intuitivo y que desentraña aquello que el hombre siente para elevarlo a la transcendencia.