Hace 44 años un 11 de octubre se daba apertura al concilio Vaticano II. Desde enero de 1959, Juan XXIII, un papa de transición, elegido para superar el largo y dramático pontificado de Pío XII, leyendo los signos de los tiempos, la nueva teología, la acción católica y el movimiento ecuménico, proponía la convocatoria de un concilio universal que permitiera a la Iglesia el aggiornamiento de las estructuras eclesiales, la renovación del mensaje cristiano y la búsqueda de la unidad cristiana.