En España, a lo largo del siglo XIX, al tiempo que se sentaban las bases del sistema nacional de educación se definía el nuevo orden social de esferas separadas entre hombres y mujeres que caracterizará al patriarcado contemporáneo, cuestiones ambas imprescindibles para la realización del proyecto político liberal burgués. La escuela de niñas fue la encargada de promover y legitimar el modelo de mujer útil al nuevo Estado y al desarrollo económico desde el «gobierno del hogar». La asignatura de «Ligeras nociones de higiene doméstica» que estableció la Ley Moyano en 1857 junto con la reorientación que se dio a las «labores propias del sexo» hacia la utilidad familiar, se consideran en este trabajo como los instrumentos clave para el alejamiento de las mujeres del mercado laboral y la devaluación de los trabajos que éstas desempeñan.