La política educativa española en Cuba, Puerto Rico y Filipinas entre 1838 y 1998 tuvo un carácter específico de acuerdo con la situación administrativa de estos territorios. Sin embargo, el curriculum establecido no fue necesariamente discriminatorio respecto a la metrópoli. En Cuba, la influencia de la oligarquía criolla se refleja en los contenidos de algunos programas de geografía e historia, que muestran una imagen del pasado diferenciada de España. En Filipinas el peso de las órdenes religiosas contribuyó a dar un carácter peculiar a los planes de estudios destinados a la enseñanza de la población indígena