Paradójicamente, los gobiernos liberales españoles de mitad del siglo XIX no se ocuparon debidamente de la instrucción pública, y en especial de la segunda enseñanza. Esta es la conclusión a la que se llega en este artículo, después de analizar diversos escritos de los principales intérpretes de la política educativa liberal de ese tiempo, así como de los documentos legislativos más significativos. Desde Gil y Zárate a Posada Herrera, y a través de las Sesiones de Cortes y Colecciones Legislativas, se comprueba cómo se produce un falseamiento en la estructuración de la segunda enseñanza tal como fue concebida por los primeros gobiernos liberales y establecida por el Duque de Rivas en 1836, sacrificando de esta manera la propia enseñanza primaria