En un mundo asimétrico difícilmente prosperan los esquemas rígidos. El reto de quienes fijan su acción en un modelo dado no reside en moldear las situaciones a tal lógica, sino en acomodar el esquema a éstas. A diferencia del pensamiento vertical, el pensamiento lateral no se rige por las secuencias lineales que limitan la percepción y la acción, no ignora alternativas, opciones o aspectos que no encajen dentro del esquema.