En Chile, dúrate el siglo XX, la religión estuvo obviamente presente en el currículo de las escuelas pertenecientes a las distintas confesiones. A pesar que desde 1925 el Estado se separó de la Iglesia Católica, en las escuelas públicas ha sido obligatoria la enseñanza de la religión, pero la asistencia a sus clases ha tenido carácter opcional para las familias y los alumnos. Este régimen varió en el tiempo, según la progresiva secularización de la sociedad chilena y siguiendo las tendencias en las relaciones entre el Estado y la educación privada.