Ciencia e Investigación no nos son ajenas, porque nos permiten entendernos a nosotros mismos y comprender el mundo. El vínculo madre-hijo se convierte en el templete para la organización de funciones como la imitación, la empatía y la emoción básicas en las ciencias cognitivas-afectivas, para el desarrollo de la personalidad (temperamento y carácter) y la capacidad de adaptación o de interpretación del mundo