Hace ya algunos años, apareció en una publicación periódica un chiste del humorista Perich que nunca he olvidado. En la viñeta se presentaba un aula de tipo tradicional, con los alumnos sentados en pupitres individuales formando perfectas filas y el profesor sentado en un sillón tras de una mesa encima de la tarima. De la boca del profesor salía un globo con estas palabras: "Empieza la clase de Lengua. ¡Silencio, por favor!".