La infancia es una etapa supremamente flexible y definitiva en la formación de niñas y niños. Como período especial requiere que los adultos, padres, cuidadores y educadores le den un tratamiento adecuado para que las bases de esa estructura personal no solamente sean sólidas sino eminentemente positivas para la convivencia y para la felicidad relativa posible del ser humano. Debido a múltiples factores socio-educativos y económicos, parece que a los niños y niñas les estamos arrebatando su infancia y privándoles de esa riqueza ingenua, en el más positivo sentido, y los estamos lanzando a una adolescencia y adultez prematura con graves consecuencias tanto para ellos en su individualidad como para la organización de una sociedad armónica. Este es un llamado a todos y cada uno de los educadores para que pensemos soluciones inteligentes y oportunas.