El planteamiento para el programa en educación en derechos humanos que elaboró el equipo de Educación en Derechos Humanos, correspondió a una propuesta de trabajo claramente amnistiana, esto es, que acogiera a todos y todas las personas y que se caracterizara por tanto por la solidaridad universal. En este sentido, se acuerda tener como base no sólo la Declaración Universal de los Derechos Humanos sino todas las declaraciones y conversiones que daban cuenta de la diversidad humana: mujeres, niños/as, culturas diversa, minorías sexuales, discapacitados mentales y físicos, adultos mayores y trabajadores. Se analizaron estas declaraciones y se determinaron seis valores fundamentales que subyacían a las mismas: libertad, solidaridad, verdad (que incluye igualdad de las diferentes verdades), justicia, dignidad y vida. Posteriormente, desde una perspectiva pedagógica, se incorporan tres valores básicos y que se trabajan en el inicio de cualquier programa: autoestima, empatía e Iniciativa; como propuesta metodológica para trabajar estas ideas (valores, declaraciones) se elaboró una encueste de cuatro grandes momentos que todo programa, independiente de la edad, debía acoger; Contacto Natural-Cultural, Contacto Afectivo-Artístico, Contacto Intelectual-Científico y Creación Colectiva.