Entre 1918 y 1965, la mayoría de los colombianos que aprendieron a leer y escribir, lo hicieron con la Cartilla Charry. Heredera de una tradición académica ancestral -cuyo primer hito se remonta a la aventura de la Expedición Botánica de don José Celestino Mutis- Cecilia Charry ha sucedido a su padre en la difusión de esa cartografía esencial de las primeras letras, y ha consagrado su vida a madurar en los hombres la semilla del conocimiento.