La importancia de prevenir los efectos nocivos de las tecnologías de la comunicación esconde a menudo las enormes posibilidades creativas que tienen nuestros jóvenes a su alcance. Se genera un intercambio comunicativo que es en realidad una vinculación al entorno y una interlocución entre iguales. Y todo ello merece una atención, crítica y educativa, para que sean interacciones positivas y saludables.