A su llegada a España, el alumnado inmigrante se enfrenta a varios retos: el cambio de sistema escolar, la aclimatación a una sociedad que desconoce y la readaptación familiar. Explorando a fondo sus necesidades, tejiendo redes dentro y fuera de la escuela, e implicando a otros agentes sociales, los centros educativos pueden evitar que se estereotipe a la "familia migrante" como un ente uniforme.