En las últimas tres décadas el sistema educativo español ha sufrido el impacto de la agenda neoliberal, que ha implantado políticas proclives a emular la dinámica de la economía de mercado. Cada vez más los centros son vistos como proveedores, y el alumnado y sus familias como clientes. El modelo repercute en la sociedad aumentando la desigualdad y la exclusión social.