La sociedad, bajo la presión de sus principales entes de poder, el Estado y la Iglesia (de cualquier denominación religiosa), han tratado históricamente de dominar el cuerpo y han empleado los perjuicios o juicios a priori, para descalificar todo aquello que se sale de los estándares de lo "permitió"; en particular, para el siguiente texto, lo que tiene que ver con la diversidad sexual. El presente artículo, permite al lector, conocer sobre el origen de dichos prejuicios y cómo estos, se han afincado en la libre interpretación de los textos bíblicos; para clasificar la diversidad sexual, tanto como pecado o como un desorden antinatural.