Ser presbítero hoy e América Latina exige romper con ciertas estructuras tradicionales que impiden la verdadera comprensión de su identidad y acción reduciéndolo a "algunas" funciones generalmente culturales. La situación problemática de América Latina está exigiendo un tipo de ministro más atento a los signos de los tiempos y con respuestas más acordes a sus propios problemas.