Existe una relación entre la autonomía y la calidad de la educación superior, recordando que la primera es la condición de la segunda, pero no la garantía. Se muestra cómo la autonomía ha tenido por lo menos tres momentos: frente a la iglesia, frente al estado y frente al capital. Se concluye que cuando deja de existir la autonomía en cualquiera de estas relaciones se pierde la calidad puesto que se evalúa la educación superior con criterios extra-académicos.